Pasan los meses, el verano se acerca peligrosamente y la nueva colección de Fooga aún no está decidida. Es nuestro primer año en el mercado, por lo tanto, todavía no somos muy realistas con los plazos: diseño, prototipos, producción, fotografías… se nos echa el tiempo encima. Nos ponemos manos a la obra y recurrimos a los de siempre, esos que no fallan. Creamos un grupo de Whatsapp, el jueves hay reunión, olvídate del resto, te necesitamos AQUÍ.
Comienzos de primavera, lluvia y una hoja en blanco. Suena romántico, quizá, pero hay otro factor más. Amigos, de los buenos, de los que no tienen pelos en la lengua. Varios muestrarios de telas y unas cervezas. Las ideas comienzan a fluir, cada uno apunta sus tres combinaciones en un papel.
Os vais a vuestras casa y nos quedamos con un montón de papeles y una mesa vacía. Seguimos dando vueltas. Veamos qué patrones se repiten, comparemos colores, estampados y detalles. Nos dan las 2 de la madrugada, nos vamos a dormir, mañana seguimos.
Otro día, las cosas más claras. Cogemos vuestras ideas y esto empieza a tomar forma. Van saliendo las combinaciones y ahora falta darle nombre. Buscamos algo que tenga relación con el proceso de creación y con el diseño, claro. TRIBU, Patri da en el clavo.
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TRIBU os engloba a VOSOTROS, a todos los que de alguna manera habéis puesto vuestro granito de arena. Tenemos los nombres de todos los que aquella noche se sentaron alrededor de la mesa, sin embargo, hay más, mucho más. La familia Fooga va creciendo y os agradecemos que dediquéis unos segundos de vuestro día a escribirnos por las redes.
¡GRACIAS #FOOGATRIBU!